jueves, 22 de septiembre de 2011

Monotonía



Monotonía 

"¿Quién no ha pasado aquellos días, donde, en el trabajo del día a día, piensa "que monotonía"?"
Todos los días levantarme a las 6:30 a.m., arreglarme para ir a la escuela, pasar por esas calles que ahora me se de memoria... ver a las mismas personas de siempre hacer lo mismo día tras día, ver el mismo árbol plantado en el mismo lugar y si acaso ver una nube donde antes no la veía estar.

Entrar a clases, ver a los mismos profesores, los mismos compañeros, los mismos cuadernos, los mismos libros... salir de clases con el mismo tiempo establecido, salir, pasar por aquel parque siempre con las mismas personas paseando a los mismos perros, jugando con los mismos niños.

Siempre aí, excepto aquel día, recuerdo cuando te conocí ¿Tú lo recuerdas?

El mismo sol brillaba, habían algunas nubes, el día anterior había llovido así que habían charcos por doquier y el pasto se cubría por el suave rocio, yo estaba aburrido, no había nada nuevo que hacer (como todos los días) así que decidí quedarme un rato más en el parque.

ahí te vi, saltando en los charcos, tus ojos, dos bellos zafiros, tu sonrisa, con hermosas perlas, tu cabello, rayos de sol hechos de seda.
Te observé, tendrías la misma edad que yo, unos 18 o 19 años, pero sin embargo saltabas alegremente en los charcos, se humedecía tu ropa, se manchaban tus pantalones, parecías una pequeña niña "Que chica tan loca" pensé y me acerqué a ti.

Me dio curiosidad así que me decidí por hablarte, igual no había nada mejor que hacer, antes de que dijera cualquier cosa te detuviste frente a mi, tus ojos azules me vieron algo apenados, tus mejillas sonrojadas ¿Tenías pena por que te vi saltar en los charcos?

-Hola ¿quieres sentarte a hablar un rato? - Te pregunté, viendo como desviabas la mirada.

-Si, claro- Contestaste y caminamos hacia la banca más cercana, junto a las rosas.

Nos mantuvimos un rato callados, no sabía que decirte y al parecer te daba pena hablar, lo notaba por que tu mirada viajaba de un ave a una flor, de una flor a un árbol, hasta que suspiras y te decidiste a hablar.

-Seguramente crees que estoy loca- Me viste y sonreíste, aún algo ruborizada.

-¿Por que lo dices? Bueno... a quien engaño, ¿cómo esperas que la gente te vea si vas por ahí saltando como niña pequeña...?

-¿Y acaso está mal? - Me volteaste a ver y sonreíste con una dulzura que no se ve en chicas de tu edad, buena pregunta, me dejaste pensando un rato.

-Pues no, la verdad no.

Sonreíste y volviste a desviar la mirada, viendo las rosas que se encontraban a un ado de mi, en tu rostro se veía que disfrutabas el dulce aroma, más delicioso que cualquier perfume frances.

-¿Entonces cual es el problema? Mmmm... ya se, rompí tu monotonía- Dijiste riendo un poco.

Yo también reí, si que eras extraña, pero tenías razón, de alguna forma, al verte, fue como si hubieras roto una burbuja que me rodeaba.

-Es que con ustedes siempre es lo mismo, blablabla escuela, blablabla, obligaciones - Reiste un poco y continuaste- y si es algo más "divertido" es blablabla televisión, blabla, red social, blabla modas, siempre es lo mismo con ustedes.

-Si que estás loca

-Y ese es su problema. dijiste y te paraste frente a mi- ¿Por qué te quejas de que todo siempre es igual si discriminas lo diferente?

Mmm... No esperaba eso, no dije nada, solamente vi cómo caminabas en reversa alejándote de mi.

"¿Quien ha tenido un día, donde, en el trabajo del día a día, piensa que todo es siempre igual, y al darse cuenta, hace algo para cambiarlo?"

Ahora se, desde el momento en que te conocí, que yo elijo la monotonía, o yo elijo algo diferente, gracias a ti, mi efímero y eterno angel.
Por Paola R.R (Aurora)
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