miércoles, 4 de mayo de 2011

Flauta de esperanza








Flauta de esperanza

Cabello castaño y ojos verdes, jugaba la pequeña niña con su muñeca la cual se parecía a ella.

La lluvia, el sonido del viento, los arboles danzantes, todo aquello acompañaba a la pequeña Juliet mientras, sentada en el piso, cepillaba los cabellos bien cuidados de Miriam.

Su mirada perdida
La presión en el pecho
Un recuerdo hecho trizas
Afectando el deseo.


Una bella melodía resonó en toda la habitación, ya no era solamente el conjunto de gotas de agua, el viento y las hojas de los arboles quienes cantaban en su soledad, no, ahora todo se completaba, el sonido de un violín impregnó su esencia en la habitación, el abandonado piano cubierto con una manta blanca parecía comenzar a irradiar la luz de una canción , acompañando al violín.

Un sonido sordo en la puerta destruyó lo que era la armónica sonata de Juliet, producto de su recuerdo anhelado, devolviéndole la noción de la realidad presente.

Una mujer entró a la habitación, tez clara, cabello rubio y ojos azules con un brillo especial, una figura esbelta de apariencia angelical.

La mujer se acercó con una sonrisa amable y acarició los castaños cabellos de la niña, la cual la vio con su vacía mirada, jamás había visto a esa mujer antes, generalmente se habría asustado pero ya no le importaba.

-Que las sombras del pasado no cubran la luz del presente. – Pronunció aquella bella doncella de apariencia delicada mientras dirigía su mirada al piano bien cubierto y a un violín guardado en una vitrina.

La niña no entendería las palabras de la misteriosa rubia pero sentiría el concepto, captaría el sentimiento de la oración.
La joven de ojos azules le entregó algo envuelto en tela blanca bordada con colores violetas y rosas.

-Compón tu propia música y revive bellos momentos, no todo está perdido-La joven notó un nuevo brillo en los ojos de Juliet y le besó la mejilla.

Dos personas más entraron al lugar, un hombre y una mujer, la niña volteó a verlos y al regresar la mirada la rubia ya no estaba, pero en sus manos permanecía aquel obsequio.

-Es hora de irnos Juliet. -Comentó el hombre.

Si, era hora de ir al orfanato. Jamás volvería a ver a sus padres ni escuchar la maravillosa melodía que solían tocas para ella…. Abrió aquel misterioso regalo, quedando admirada ante la belleza de una flauta dulce, con un gravado en color dorado.

“Nunca pierdas la esperanza”

Si... jamas volvería a aquellos momentos del pasado, pero podía construir los momentos del presente y del futuro, tal vez honrar a los padres que ya no estaban con ella.
Sonrió, tomó en una mano a Miriam, en otra la flauta y siguió a aquellas personas, “componer mi propia música..” eso le aconsejó  la chica que pensó, era un ángel.


Por Paola R.R. (Aurora)
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