miércoles, 2 de marzo de 2011

Pureza





Pureza



Una joven con cabellos rubios y tez clara se encontraba sentada en la orilla de la gran fuente del parque principal, sus ojos azules se encontraban perdidos en su reflejo, no parecía tener noción del tiempo, ya que llevaba varias horas ahí mismo, observando la fuente.
Una niña de apariencia de 5 años, con unos hermosos cabellos negros y su piel morena se acercó a la chica rubia, le intrigaba lo que estaba haciendo aquella hermosa mujer con apariencia angelical, cuando estuvo lo suficientemente cerca, tragó un poco de saliva y se atrevió a hablar.


-Disculpe señorita ¿Que está viendo en el agua?


La joven rubia tardó unos segundos en voltear a ver a la niña y sonreír, con una mirada llena de amor, le contestó.


-Estoy viendo lo mismo que veo en tus ojos.


La niña no entendía bien lo que la chica quería decir, ¿En que podrían parecerse sus ojos al agua de la fuente? ahora tenía más curiosidad pero no hizo pregunta alguna pues estaba admirando la bondadosa cara de la rubia, la cual rió un poco y pasó una de sus manos por los cabellos de la niña.


-Inocencia, un hermoso cristal lleno de pureza, sin juzgar lo que ve, solo reflejando lo que es.


La joven de tez clara no esperaba que la niña lo entendiera del todo, pues era muy pequeña aún, pero seguramente lo entendía más que los adultos.
La pequeña de cabellos castaños observó con cuidado los ojos azules que inspiraban amor, llegando a ver el reflejo del lugar en el que se encontraban.


-tus ojos parecen espejos- dijo la niña.


La rubia rió un poco de nevó y se inclinó para darle un beso en la frente.


-Así es como se ven los tuyos.


La niña y la joven sonrieron, la pequeña admiro de nuevo a la muchacha, no comprendía como podía ser tan hermosa, amable, bondadosa y decir cosas que nunca antes había escuchado.


-¿Eres un ángel? - pregunto la niña


La rubia solo sonrío de nuevo y se puso de pie, acaricio una ultima vez los cabellos de la pequeña y le dio una pequeña piedra, era redonda y muy especial, parecía de espejo ya que reflejaba todo su alrededor, la niña tomo el obsequio algo extrañada y volteo a ver a la hermosa mujer, pero ella ya no estaba, se había perdido entre la multitud de gente que se encontraba en el parque. Solamente escucho unas ultimas palabras.



-No olvides la pureza


Por Paola R.R. (Aurora)



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